esta “hexagonomanía” natural las encontramos en los frutos del ciprés, en las escamas de la corteza de muchos árboles o en los copos de nieve. La misma admiración que uno siente cuando ve por primera vez el mar es la que produce el acercarse a un diminuto copo de nieve y observar la forma perfecta de un hexágono: seis líneas radales que surgen de un punto central. Hay pocas cosas tan sencillas y perfectas.
No sabía que la hexagonomia podíamos encontrarla en tantos sitios de la naturaleza, jeje.
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