jueves, 27 de septiembre de 2012

Fibonacci y los girasoles




En muchos ejemplos de naturaleza, nos encontramos con los números de Fibonacci. Uno de ellos es la forma en que se ordenan las semillas en el girasol. Si cuentas bien los espirales que se forman hacia la derecha y hacia la izquierda, verás que hay 34 curvas en un sentido y 21 en el otro: ambos son números consecutivos de la sucesión de Fibonacci.

La razón por la que los números de Fibonacci pueden encontrarse en tantos ejemplos de la naturaleza, se relaciona estrechamente con el nexo que existe entre esta sucesión y el número áureo.

La razón por la que nos encontramos tantas veces el número phi al estudiar el crecimiento de las plantas está en los empaques (packings): encontrar la mejor manera de ordenar los objetos para minimizar espacio perdido. 

Pero, ¿cómo ordenar las hojas alrededor de un tallo, o las semillas en una flor, cuando ambas siguen creciendo? Al parecer, la Naturaleza usa el mismo patrón para disponer las semillas en una flor, los pétalos en sus bordes, y el lugar de las hojas en un tallo. Aún más, todos estos ordenamientos siguen siendo eficaces a medida que la planta crece. Este patrón corresponde a un ángulo de rotación a partir del punto central, mediante el cual los nuevos elementos (hojas, pétalos) se van organizando a medida que crecen.

En este video se muestran varios ejemplos de la relación que existe entre las matemáticas y la naturaleza:

http://www.youtube.com/watch?v=kkGeOWYOFoA&feature=player_embedded#!

Bibliografía: http://graficas.explora.cl/otros/metro/fibonacci.html


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