LA CAÍDA DEL PUENTE
COLGANTE DE TACOMA NARROWS
El antiguo puente colgante de Tacoma Narrows, cerca de
Seattle, es la prueba visual más famosa del fenómeno físico llamado frecuencia
de resonancia: en 1940, pocos meses después de haber sido inaugurado el puente
un día de viento, éste comenzó a ondear como si se tratase de una bandera. Tras
poco más de una hora de sacudidas y vaivenes el puente de 1.600 metros de
longitud se derrumbaba y caía hecho pedazos al agua.
La resonancia mecánica es un
fenómeno que se produce cuando un cuerpo capaz de vibrar es sometido a la
acción de una fuerza periódica cuyo periodo de vibración coincide con el
periodo de vibración característico de dicho cuerpo. En estas circunstancias el
cuerpo vibra, aumentando de forma progresiva la amplitud del movimiento tras
cada una de las actuaciones sucesivas de la fuerza. Este efecto puede ser
destructivo en algunos materiales rígidos como el vaso que se rompe cuando un
tenor canta.
El viento que provocó
la caída del puente se movía a una velocidad de 61 kilómetros por hora y tenía
5 segundos de frecuencia, que resultó ser muy similar a la frecuencia natural
del puente, “con lo cual la energía transferida al sistema era máxima y las
ondas estacionarias producidas en el puente empezaron a balancearlo y acabaron
colapsándolo.”
Pero también el método
de construcción empleado en el puente de Tacoma influyó en el incidente. La
utilización de vigas de acero formando una estructura de sustentación
horizontal cerrada y maciza oponía resistencia al viento, creando corrientes y
turbulencias de aire por encima y por debajo de la estructura.
El
caso del puente de Tacoma es un clásico ejemplo de errores de ingeniería y de la importancia que tienen tanto
la aerodinámica como los efectos producidos por la resonancia en las
estructuras y construcciones. En el nuevo puente que sustituyó al autodestruído
en 1950, así como en los puentes construidos con métodos modernos de
sustentación, los elementos de soporte disponen de aberturas y deflectores
diseñados para permitir y dirigir el paso de viento a través de éstos. En
grandes estructuras modernas además se llegan a hacer pruebas en túneles de
viento, tanto del elemento en sí como del elemento una vez ubicado en su
entorno (en forma de maqueta a escala) teniendo en cuenta tanto accidentes
geográficos como otras construcciones cercanas que puedan producir turbulencias
y efectos aerodinámicos.
Como conclusión final sacamos la idea de que en cualquier obra de
ingeniería cualquier factor hay que tenerlo en cuenta, para ello están las
matemáticas, sin ellas ninguna de las obras creadas (desde las grandes
pirámides Egipcias hasta las impresionantes obras actuales) no serían posible.
Fuente: http://www.microsiervos.com/archivo/mundoreal/caida-puente-colgante-tacoma.html
Falta la fuente, es impresionante como el viento consigue amplificar la onda y tirarlo.
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